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domingo, 20 de noviembre de 2016

La Mejor Canción de la Historia



Los sucesos que envuelven a este post transcurrieron hace una década. Quien les escribe tenía en aquel entonces 9 años y se encontraba frente a un suceso bisagra en su infancia: Su primer juego FIFA. Quizá algún adulto superior a los 25 años que lea estas líneas creerá que es una exageración especificar como una especie de auge infantil el recibir un CD con el nombre de un juego escrito en él, pero para la generación del 90’, FIFA fue un estilo de vida, habiendo crecido nosotros al ritmo de cada salida de un nuevo miembro de aquella familia de juegos que nutren nuestras consolas desde hace casi dos décadas. En el caso de la primera vez que recibí uno ellos, en el 2006, el fútbol era muy distinto respecto al actual: Ronaldinho en Barcelona reunía todos los atributos para ser el nuevo Diego Maradona, la dupla Van Nistelrooy-Rooney deleitaba a los aficionados del Manchester United, Stam y Shevchenko eran titulares inamovibles del AC Milán, la Juventus, con Cannavaro, Ibrahimovic, Thuram, entre otros en sus filas, aún no había sufrido el éxodo post descenso, Kahn era la muralla del Bayern Munich y el magistral Arsenal de Wenger aún disfrutaba a Bergkamp haciendo de las suyas junto con Henry.

El plató era el fútbol pre-petrodolares, en un panorama mucho más diversificado de ídolos, previo a la bipolaridad que Lionel Messi y Cristiano Ronaldo tejerían mediante sus monstruosas performances. Puede verse a esta etapa como una especie de resaca del fútbol en la década de los 90’, pero también debe destacarse que era un juego mucho más físico, había menor difusión de las ideas y el concepto de mourinhismo-guardiolismo, que en la actualidad divide los pizarrones tácticos simplemente no existía. En dicho contexto, saldría a la luz el FIFA 06, el cual, por mi parte,  le costó 20 pesos a mi mamá, quien me lo trajo como un regalo por haber terminado el año escolar, o algo parecido.

Tras copiar el crack y realizar con paciencia la instalación, comenzó el poder explorar, conocer y, por supuesto, jugar el game perteneciente a la saga más emblemática de videojuegos de fútbol, sendero que nos dio la posibilidad de dar rienda suelta a nuestra habilidad con (en mi caso) el teclado para vencer con algún equipo de segunda inglés al mismísimo Real Madrid.

Pero además del fin de simular un partido, el FIFA tenía ciertos pasillos donde uno podía entrever paralelismos con el mundo real más allá de las licencias adquiridas de las ligas. Por mi parte nunca entendí demasiado el sistema, pero a medida que ganabas partidos y alguna que otra copa o campeonato, determinado número de puntos se acumulaban en tu perfil, los cuales podías canjear en una especie de market que venía incorporado al juego. En el juego venía disponible una entrevista con Samuel Eto’o, y también se podían desbloquear estadios para disputar partidos. Pero lo más interesante, lo más asombroso con lo cual me hizo topar aquel FIFA 06, fue con un vídeo que contenía un conteo de los diez mejores goles en competiciones europeas en los últimos años.

El ranking contenía grandes omisiones ya que predominaban tantos marcados en Francia e Inglaterra. Pero tenía algo asombroso en su proyección, y no solo porque Paolo Di Canio, Eric Cantona y un joven Wayne Rooney formaran parte de ella. Primero hay que situarnos en el contexto: 2006 (aunque en realidad 2005, ya que es el año donde se desarrolló el juego) era una etapa previa al boom de YouTube, donde además el fútbol europeo llegaba de manera limitada a la Argentina y más aún para los cuales en entonces no teníamos cable. Había menos estadística y más mito, si se quiere. Aún no se veía con la regularidad actual a chicos de 7 u 8 años con camisetas del Manchester City o el Barcelona. Pero lo que dicho vídeo poseía también era la musicalización más increíble que escuché jamás en mi vida.



La canción que acompañaba a los exquisitos tantos parecía tener melodías tristes, opacadas, pero que juntas construían un sonar atractivo. Las notas musicales impactaban contra los oídos generando una empatía difícil de definir y más aún a tan corta edad. El fuerte acento inglés que sonaba en el tema elucubraba esa frialdad británica de día gris y ventoso, casi al borde de recrearlo. En lo instrumental, la batería colisionaba con un teclado de sonido pesado, mientras que las melodías más agudas corrían por cuenta de la guitarra. Era una experiencia asombrosa.

Aquel FIFA 06 me duró un puñado de meses. Rápidamente fue opacado por su consecutivo, el 07, y el disco hoy en día se encuentra perdido en algún rincón de mi casa, si es que no cayó desgraciadamente en una bolsa de residuos durante una jornada de limpieza. La canción quedó en algún lugar de mi cabeza pero jamás la había vuelto a escuchar de nuevo. La creía expulsada por completo de mis recuerdos. 

La empatía que había logrado con ella también tenía un trasfondo personal. Aquel FIFA 06 obsequiado era participe de días bastante complicados en mi casa, debido al divorcio de mis viejos y el hecho de que, como hijo único, quien les hable cargue con varias tensiones por tan desgastante situación. La canción me chocaba, pero no me dolía. Parecía ser un reflejo de mí día a día. Lo que vino después fue algo mejor que aquella nefasta transición en aceptar la dinámica de mamá y papá en casa a mamá en casa, papa el fin de semana. Aquel vídeo, y en especial sus melodías, fueron un himno accidentado de aquel triste episodio.

Pasó una década. EA Sports, distribuidora del FIFA, pasó a priorizar más la humanización de los gráficos que los elementos agregados al mundillo del videojuego. YouTube aplastó cualquier corriente alterna de videos y la supremacía de PlayStation obligó a los craneadores del game a construir en base a la tecnicidad y jugabilidad más que otros complementos. Por mi parte, el FIFA 09 fue el último que jugué a lo ancho y a lo largo, para luego exiliarme de aquel lar abocado más en el internet, emprendiendo algunos blogs y, luego, un programa de radio. Para este último me encontraba en el verano del 2016 armando una pequeña sección donde repasar nuestros juegos favoritos de  nuestra infancia. Recordando aquel FIFA 06, pero no así su mencionado video, me puse a buscar acerca del mismo en la red. Y mediante el anteriormente mencionado sendero de YouTube, llegué a aquella presentación de goles ingleses y franceses, musicalizado por aquella deliciosamente extraviada melodía.

Cuando la música llegó a mis oídos, volví a un lugar que creía que nunca había existido, reencontrarse con algo que no buscabas pero que de repente te exhibe un pedazo del mapa que creías ya explorado en su totalidad, pero que aún mantiene secretos reprimidos que contar. Regresé a una época amarga, a una etapa de incertidumbre, pero que sin embargo esbozaba cosas hermosas en algún sitio. Los días en mi casa después del divorcio estuvieron mucho más tranquilos, y de cara a mis 10 años viví una especie de primavera donde conocí el mundo de los sitios webs y el periodismo aficionado, con el cual hasta hoy en día mantengo un vínculo. Había confusión, pero también había ideas. Algo transitaba entre aquellos días inexistentes. La canción seguía sonado. Impactaba, bailaba y moría en algún lugar.

Con un poco de entendimiento de inglés de mi lado, llegué al título de aquel tema: Black And White Town de Doves, una banda británica que musicalizó el FIFA 06 con su obra suprema anteriormente mencionada. La pieza faltante del rompecabezas de este revivir de vivencias fue cuando pude ver finalmente el videoclip del tema. Sumergido en el grisáceo transitar inglés, son niños pequeños, de 9 o 10 años, que corren por las calles sin rumbo alguno, reposan con resignación su cabeza sobre una pared vacía, pelean entre ellos, patean bolsas de box y miran hacia la nada misma durante gran parte de la exhibición. Ellos tienen camisetas de fútbol, en su mayoría del Arsenal, equipo que cuando se compuso dicha canción, en 2004, se encontraba en el epicentro de la gloria al consagrarse campeón invicto en la temporada 03/04. Por cuestiones de licencia, el mismo no puede verse desde este sitio, pero es una parada obligatoria en YouTube una vez que terminen la lectura de este escrito.  




El circulo completo. La historia de Black And White Town nos arroja que la infancia no es un transitar dulce donde todo son sonrisas y juegos. Ya que hay grises, profundos, que duelen. Lugares en blanco y negro, tal como indica el título. De los cuales queremos escapar. Y una canción que grita de manera tan profunda tamaña verdad, ¿no podría ser acaso la mejor canción de la historia? 

Black And White Town - Doves, letra traducida por mi:

Aquí viene la acción
Aquí llega, al fin
Lord, dame una reacción
Lord, dame una oportunidad

Deberías caer conmigo hacia abajo
En ciudades satélites
No hay color ni hay sonido
Estaré diez pies bajo tierra
Debo salir de esta ciudad en blanco y negro

Aquí viene algo de acción
Poniendo sonido en mi vida
Debo salir y obtener alguna compensación
Debo salir para hacer andar esto

Bueno, dejame solo
Muchacho, vos intentás encontrar tu camino en este mundo
Mejor asegurate de que vos 
No golpeés tu cabeza contra el pavimento
Esto es enfermizo
Ha estado molestándome últimamente
Este es un lugar peligroso ahora
Este es un lugar peligroso

Deberías caer conmigo hacia abajo
En ciudades satélites
No hay color ni hay sonido
Estaré diez pies bajo tierra
Debo salir de esta ciudad en blanco y negro (x2)

sábado, 6 de agosto de 2016

Off-Topic: ¿Cómo ocurre un Trump?



Es contradictorio como la oratoria tan deshuesada, directa y efusiva de Donald Trump esté envuelta en, para muchos de los que somos curiosos respecto a las elecciones estadounidenses, en una incógnita que abarca toda la superficie donde se encuentra posicionado el magnate: ¿Cómo es que tamaño outsider llegó a ganar la primaria del Partido Republicano y actualmente estar con serias posibilidades de convertirse en el próximo presidente de los Estados Unidos? 

En busca de respuestas, arribamos a Joaquín Harguindey, miembro del observatorio John Fitzgerald Kennedy y un completo y prolijo seguidor de las circunstancias políticas del norte. Su biografía en Twitter reza 'I watch the United States, so you don't have to' ('Observo a los Estados Unidos para que vos no tengas que hacerlo'), lo cual lo convierte en este reportaje en una especie de brújula para orientarnos en el escenario de los comicios que se desarrollaran en Noviembre. Y mientras las campañas de Trump y de la candidata demócrata Hillary Clinton preparan sus fuerzas para la recta final, comenzamos a charlar con Harguindey. 

¿Qué factores crees que son los que llevaron a un outsider como Donald Trump a ganar la nominación republicana?

El Partido Republicano desde la elección de 1968 a virado en su estrategia, comenzando a emplear lo que se llama ‘dog whistle’ (silbato de perro). Son las políticas orientadas a una reducción del estado de bienestar, que en realidad, como sucede con el silbato, las escuchan quien quiere escucharlo con respecto al voto racista, el cual está presente en el sur, en la gente puede llegar a percibir que Estados Unidos se ha modificado de manera demográfica a tal punto de que ya no reciben ellos los beneficios que recibían antes. Repercute también la pérdida por parte del Partido Republicano de la base de votantes a la cual solía apelar para que los voten, para luego no aplicar las medidas de gobierno en los términos que ellos deseaban.  Todo esto llevaría a la construcción de una especie de ‘Frankenstein’ que terminó haciendo que los jerarcas del partido perdieran el control.  Después, en parte, tenés la cuestión de que Estados Unidos ha dejado de ser un país manufacturero desde los años 70’ y ese declive ha llegado a todas comunidades participes en dicha actividad. Aquel deterioro ha producido que un montón de gente pierda ciertas ideas que tenía respecto a Estados Unidos, las cuales comenzaban a verse obsoletas. Culpan a los tratados de libre comercio por este tipo de cosas. No es el factor más importante, pero la pérdida de una base de votantes satisfechas, y de una jerarquía de control en si por parte del Partido, es un hecho fundamental.

Trump transita su discurso entre la melancolía y el deseo de reconstruir el sueño americano y, por otro lado, una xenofobia latente. ¿Cuál es la verdadera estrategia?

¿Digamos un contraste entre un pasado idealizado y un presente totalmente deteriorado? Si, es la parte central de la campaña. Esa idea de que Estados Unidos ha sido un gran país y dejó de serlo. La pregunta sería, ¿Cuándo es que Estados Unidos fue un gran país para el electorado de Trump? ¿En los 50’, cuando tenías una especie de ‘apartheid’ en el sur del país? ¿En los 70’, cuando tenías una guerra en el sudeste de Asia que consumía un cuarto de los recursos del Estado? Tenés un montón de preguntas para hacerle al trumpismo que no tienen una respuesta clara, solamente tienen esta idea de que ‘en algún punto las cosas estaban bien’. Hoy Estados Unidos es completamente distinto a aquellos tiempos, tienen un presidente con otro color de piel, se habla español en todos lados… Es un país diferente y ello es una reacción a él.  

De los hechos que podrían desenvolverse en una hipotética Administración Trump, ¿cuáles crees que son posibilidades reales y cuales crees que son fantasía?

Las posiciones de Trump varían día a día. Por ejemplo, en el caso del aborto es extraordinario: Mantuvo seis posiciones distintas a lo largo de una semana, retractándose y volviendo en varias oportunidades. Es difícil determinar lo que Donald Trump piensa hacer como presidente. Las propuestas más centrales de su campaña, como la construcción de un muro en la frontera EEUU-México o la salida del país del tratado de NAFTA, primero deberían lograr pasar el congreso. Hay una facción del mismo liderada por los republicanos más tradicionales que ven a la plataforma de Trump como una forma de atraer un electorado este año pero que no piensan implementarla de forma significativa si es que llegan a ser gobierno.

Joaquín Harguindey
¿Qué diferencias y similitudes hay entre Hillary Clinton y Donald Trump?

Las diferencias son vastas, ya que son coaliciones que tienen muy poco que ver en términos de interés. Una similitud podría ser que ambos han dicho que buscan reducir la influencia de los poderosos con mucho dinero en el proceso político, el llamado lobby. Esto surge a causa de la decisión de la corte suprema que les permite arrojarle dinero a una causa o a un candidato de forma ilimitada. La reducción de eso podría verse como un punto de contacto entre ambas campañas.

¿Qué perfil respecto a conflictos bélicos mantiene Hillary Clinton?  Cabe decir que desde la campaña de su competidor en las primarias demócratas, Bernie Sanders, se hizo mucho énfasis en su apoyo a la Guerra de Irak.

Sinceramente creo que Sanders siempre ha estado en una posición bastante cómoda, oponiéndose a las cosas que no eran encajables en el esquema ideológico que él posee. En treinta años en el congreso se ha opuesto a prácticamente todas las medidas por considerarlas equivocadas. Se castiga mucho a Clinton por su voto a favor de la guerra de Irak, pero esa acusación no es del toda justa si no la observas dentro del contexto de información disponible. Se equivocó por buenos motivos, así como Sanders hizo lo que hizo por buenos motivos. Él también tiene un historial de apoyar la intervención estadounidense en los años 90’, como en los casos de Somalia o Kosovo. Clinton es alguien que se mueve al ritmo del partido y que ha mutado su posición en base a la demostración del cambio que realizaron los estadounidenses. Por ejemplo, del 2008 al 2015 la posición de la mayoría de los habitantes de Estados Unidos modificó su posición respecto al matrimonio homosexual, pasando de -10 a +15 en los términos de ‘a favor/en contra’. Clinton arrancó su campaña del 2008 en una posición un tanto vacía y hoy se encuentra junto a Obama, y la totalidad del Partido Demócrata, ya completamente a bordo de la idea de apoyar el matrimonio de una forma ciega en sentido del género de las personas.

¿Hay chances de que Sanders se presente como candidato independiente?

No, en absoluto. Eso es una fantasía del Partido Verde o de los partidos trotskistas minúsculos que existen en Estados Unidos. Sanders inclusive ha dicho que no va a serlo y no ha pasado nada en la que amerite una campaña por fuera.

¿Cómo crees que la historia va a recordar a estas elecciones?


La más parecida podría ser la del 68’. Si bien no hay una guerra o asesinatos políticos, como pasó con Martin Luther King o Bobby Kennedy. Fue una campaña de muchísima convulsión en Estados Unidos, con ciudades donde hubo alzamientos en contra de la policía. Esta es una campaña moderna convulsionada pero relativamente tranquila. Supongo que la usurpación de un partido político por una figura como Trump la vuelve inédita. Al menos que el trumpismo se vuelva la ideología oficial por medio de un triunfo del Partido Republicano. Sino, es muy difícil ver una repetición de esto en cuatro años, si es que los republicanos buscan mantenerse como una fuerza viable. Si no se verán como que permiten la entrada de cualquier outsider para competir dentro del partido.