Cuando una táctica de fútbol traspasa los límites del campo de juego para producir un efecto en el campo del psiquis, es algo destacable. En un deporte que implica el dispute entre dos rivales durante largos y extenuantes 90 minutos (e incluso, a veces, 120), el hecho de penetrar en la mente de nuestro oponente para afectar su rendimiento y así obtener un beneficio, es un as bajo la manga difícil de manejar, pero potencialmente infalible. Y quien lo emplea de manera correcta, puede consagrarse como maestro supremo de las estrategias en torno al balón.
En el último post de Libero & Enganche, rememoramos un hecho del último Mundial: Cuartos de final entre Holanda y Costa Rica. El suplementario se consumía y el empate en cero se transformaba en el inevitable puente hacia la tanda de penales a por un lugar en las semifinales de la Copa del Mundo. Los costarricenses, ya consagrados como equipo revelación del torneo, eran conscientes de que un arribo a la victoria sería casi un milagro, pero ese hecho divino no parecia tan lejano mientras resistían ante las enormes atajadas del portero Keylor Navas. Los holandeses no lograban vulnerar un sólido fondo que resistía mientras el tiempo se escurría del marcador. Cualquier cosa podía pasar en aquel cotejo. La definición estaba cerca.
Segundos quedaban para que los penales sean una realidad cuando el técnico Louis Van Gaal desestabilizó cualquier pronóstico o predicción táctica en torno a su equipo. Lejos de seleccionar de sus relevos a un buen pateador que fortaleciera la suerte holandesa en la disputa de penas máximas, el entrenador mandó al campo de juego al arquero Tim Krul. Salía, sustiuido, el hasta entonces meta titular Jasper Cillesen. ¿Lesionado, acaso? Para nada. Él se encontraba en buena forma y había tenido un muy buen cotejo ante Costa Rica.
Entonces... ¿Tim Krul ingresaba por ser un atajador de penales que brindaría seguridad al larguero naranja? Para nada. En su carrera, Krul había estado frente a veinte faltas ejecutadas dentro del área. Solo atajó dos.
Pero bueno, ¿fue todo suerte? En mi humilde opinión, no. Para comprender mejor lo sucedido vamos a tener que hacer una cronología de los hechos. El génesis de los sucesos se dan en el micro holandés rumbo al encuentro. El entrenador de arqueros del plantel, Frans Hoek, le comentó a Krul que en caso de definirse el match por penales, Van Gaal lo haría entrar al campo de juego siempre y cuando quede un cambio. Y ahora nos posicionamos cronológicamente en la tanda, con el arquerito casi desconocido sumergido en su rol de responsable de parar los tiros costarricences. Antes de la ejecución, Krul se poscionaba a escasos centimetros del pateador rival, exclamándole por lo bajo algunas palabras neutrales e incluso extendiéndole la mano. La táctica vangaalista no solo buscaba impresionar al contrincante sino también mostrar sólido al ignoto arquero. Lo de Krul fue una simulación de seguridad, y el guardavalla encarnó a la perfección ese rol.
Krul atajó dos penales de los cinco que le ejecutaron. Gracias a él, Holanda avanzó a semifinales de Brasil 2014. Van Gaal pudo haber fundado una nueva religión esa misma noche: Su decisión inédita y arriesgada había sido el empuje que su equipo necesitaba para quedar al borde de la gloria. La frialdad del técnico para llevar a cabo tal acción es digna de un aplauso. Jamás titubeo al llevar a cabo su estrategia.
Explicado el contexto, vamos a adentrarnos en el suceso protagonista. Aquella táctica fue bautizada como La Psicológica. En el escrito anterior a este, definimos a la misma como:
Una estrategia mediante la cual se busca interferir en la tranquilidad pasiva de nuestro oponente, apelando a realizar un acto inesperado que lo desestabilice, permitiéndonos a nosotros utilizar su inestabilidad como puente hacia la victoria.
Entonces, para llevar a cabo La Psicológica necesitamos tener en frente nuestro a un rival a vencer, dentro de un trasfondo de tensión y decisiones finales, las cuales una vez realizadas no tienen vuelta atrás. Este elemento es nuestra piedra en el zapato, ya que la inquietud nos puede hacer una mala pasada. Una trama donde pueda pasar cualquier cosa que tuerza todo rastro de confianza en el ambiente.
Trasfondo de Nerviosismo e Inestabilidad . Rival
El realizador de La Psicológica (a partir de ahora, Sujeto) busca la victoria en un ambiente inédito, indeciso y tenso. Justamente el apelar a esta maniobra implica buscar arribar a la misma obrando de manera inesperada, jugada y expuesta. Los requisitos de está táctica implican seguridad y firmeza. Pero ante todo decisión. Una vez ejecutada, no hay vuelta atrás. Y la línea que separa al héroe del ridículo se torna extremadamente delgada.
[Sujeto . (Seguridad + Firmeza) + Rival] / Transfondo de N e I .
La Psicológica busca englobar todo lo recientemente repasado de manera de desequilibrar el panorama generando un foco inestable en nuestro oponente que le cause inseguridad de cara al enfrentamiento cara a cara con nosotros. Llevarla a cabo implica, entonces, una decisión, un hecho ó un factor que parta desde nuestra cabeza para plasmarlo en el campo de juego. Es el corazón de La Psicológica. Para Van Gaal, por ejemplo, fue hacer ingresar a Krul. Llamaremos a ese componente clave Acto Inesperado.
Seguridad + Firmeza . {Sujeto + Acto Inesperado. [(Rival)] / Trasfondo de N e I}
Pero falta algo más, y es el factor suerte. Van Gaal no es un mero afortunado. No ideo La Psicológica cuando el reloj marcaba los 121 minutos de cotejo. Pero, por cuestiones físicas y circunstanciales, el factor suerte es sumamente necesario en esta maniobra. Tenía un cambio más en la galera, gracias a que ningún jugador se había lesionado o siquiera había pedido la sustitución. Y encontro en el enorme autoestima de Krul un aliado. El hecho de que en dos ocasiones él haya volado para el mismo destino que es esférico habla de que el azar estuvo de su lado.
Seguridad + Firmeza . [(Sujeto + Acto Inesperado . Factor Suerte) . (Rival)] / Trasfondo de N e I}
Si la sumatoria de estos factores dan como resultado la victoria, entonces encontramos el camino correcto. Podemos decir, también, que cualquier cosa que realicemos de manera intencional en una competencia para desconcertar a un rival, obteniendo un buen resultado una vez ejecutado el plan, es sinónimo de Psicológica. Aunque claro, ese contrincante no debe ser puntualmente la Selección de Costa Rica.
Supongamos que a vos (Sujeto) te gusta una chica muy bonita. Lo que te impediría concretar un beso con ella es un contundente e inquebrantable rechazo (Rival). Un día te decidís, contra todo pronóstico, a encararla. ¿El lugar? Una fiesta realizada en un boliche, lugar con música muy fuerte, emociones a flor de piel y, desde ya, repleto de otros hombres con intereses equivalentes con la involucrada (Trasfondo de Nerviosismo e Inestabilidad). Decidís patear el tablero y ponerte un saco inédito hasta entonces en tu trayectoria nocturna. Es violeta, con un pañuelo. No te queda mal, pero es sorpresivo y la reacción ajena ante él es desconocida. Sin embargo, te perfumás y enfilás para la fiesta con tu flamante prenda (Acto Inesperado). Ves a la chica, pero antes, vas al baño y te reunís con tus dos mejores amigos. Casi como si se tratara del vestuario de un equipo antes de jugar la Copa Intercontinental, ellos te aconsejan y te hacen sentir sólido y firme (Seguridad + Firmeza). Te abrís lugar en la pista. En ese momento, empieza a sonar tu canción favorita de todos los tiempos (Factor Suerte). El mundo quiere que esa noche concretés tu meta amorosa.
Estas en frente de la chica. Te sonríe. Beso. Atajó Krul.