martes, 18 de agosto de 2015

La Psicológica



Cuando una táctica de fútbol traspasa los límites del campo de juego para producir un efecto en el campo del psiquis, es algo destacable. En un deporte que implica el dispute entre dos rivales durante largos y extenuantes 90 minutos (e incluso, a veces, 120), el hecho de penetrar en la mente de nuestro oponente para afectar su rendimiento y así obtener un beneficio, es un as bajo la manga difícil de manejar, pero potencialmente infalible. Y quien lo emplea de manera correcta, puede consagrarse como maestro supremo de las estrategias en torno al balón.

En el último post de Libero & Enganche, rememoramos un hecho del último Mundial: Cuartos de final entre Holanda y Costa Rica. El suplementario se consumía y el empate en cero se transformaba en el inevitable puente hacia la tanda de penales a por un lugar en las semifinales de la Copa del Mundo. Los costarricenses, ya consagrados como equipo revelación del torneo, eran conscientes de que un arribo a la victoria sería casi un milagro, pero ese hecho divino no parecia tan lejano mientras resistían ante las enormes atajadas del portero Keylor Navas. Los holandeses no lograban vulnerar un sólido fondo que resistía mientras el tiempo se escurría del marcador. Cualquier cosa podía pasar en aquel cotejo. La definición estaba cerca.

Segundos quedaban para que los penales sean una realidad cuando el técnico Louis Van Gaal desestabilizó cualquier pronóstico o predicción táctica en torno a su equipo. Lejos de seleccionar de sus relevos a un buen pateador que fortaleciera la suerte holandesa en la disputa de penas máximas, el entrenador mandó al campo de juego al arquero Tim Krul. Salía, sustiuido, el hasta entonces meta titular Jasper Cillesen. ¿Lesionado, acaso? Para nada. Él se encontraba en buena forma y había tenido un muy buen cotejo ante Costa Rica.

Entonces... ¿Tim Krul ingresaba por ser un atajador de penales que brindaría seguridad al larguero naranja? Para nada. En su carrera, Krul había estado frente a veinte faltas ejecutadas dentro del área. Solo atajó dos.

Pero bueno, ¿fue todo suerte? En mi humilde opinión, no. Para comprender mejor lo sucedido vamos a tener que hacer una cronología de los hechos. El génesis de los sucesos se dan en el micro holandés rumbo al encuentro. El entrenador de arqueros del plantel, Frans Hoek, le comentó a Krul que en caso de definirse el match por penales, Van Gaal lo haría entrar al campo de juego siempre y cuando quede un cambio. Y ahora nos posicionamos cronológicamente en la tanda, con el arquerito casi desconocido sumergido en su rol de responsable de parar los tiros costarricences. Antes de la ejecución, Krul se poscionaba a escasos centimetros del pateador rival, exclamándole por lo bajo algunas palabras neutrales e incluso extendiéndole la mano. La táctica vangaalista no solo buscaba impresionar al contrincante sino también mostrar sólido al ignoto arquero. Lo de Krul fue una simulación de seguridad, y el guardavalla encarnó a la perfección ese rol.

Krul atajó dos penales de los cinco que le ejecutaron. Gracias a él, Holanda avanzó a semifinales de Brasil 2014. Van Gaal pudo haber fundado una nueva religión esa misma noche: Su decisión inédita y arriesgada había sido el empuje que su equipo necesitaba para quedar al borde de la gloria. La frialdad del técnico para llevar a cabo tal acción es digna de un aplauso. Jamás titubeo al llevar a cabo su estrategia.



Explicado el contexto, vamos a adentrarnos en el suceso protagonista. Aquella táctica fue bautizada como La Psicológica.  En el escrito anterior a este, definimos a la misma como:

Una estrategia mediante la cual se busca interferir en la tranquilidad pasiva de nuestro oponente, apelando a realizar un acto inesperado que lo desestabilice, permitiéndonos a nosotros utilizar su inestabilidad como puente hacia la victoria.

Entonces, para llevar a cabo La Psicológica necesitamos tener en frente nuestro a un rival a vencer, dentro de un trasfondo de tensión y decisiones finales, las cuales una vez realizadas no tienen vuelta atrás. Este elemento es nuestra piedra en el zapato, ya que la inquietud nos puede hacer una mala pasada. Una trama donde pueda pasar cualquier cosa que tuerza todo rastro de confianza en el ambiente.

Trasfondo de Nerviosismo e Inestabilidad . Rival

El realizador de La Psicológica (a partir de ahora, Sujeto) busca la victoria en un ambiente inédito, indeciso y tenso. Justamente el apelar a esta maniobra implica buscar arribar a la misma obrando de manera inesperada, jugada y expuesta. Los requisitos de está táctica implican seguridad y firmeza. Pero ante todo decisión. Una vez ejecutada, no hay vuelta atrás. Y la línea que separa al héroe del ridículo se torna extremadamente delgada.

[Sujeto . (Seguridad + Firmeza) + Rival] / Transfondo de N e I . 

La Psicológica busca englobar todo lo recientemente repasado de manera de desequilibrar el panorama generando un foco inestable en nuestro oponente que le cause inseguridad de cara al enfrentamiento cara a cara con nosotros. Llevarla a cabo implica, entonces, una decisión, un hecho ó un factor que parta desde nuestra cabeza para plasmarlo en el campo de juego. Es el corazón de La Psicológica. Para Van Gaal, por ejemplo, fue hacer ingresar a Krul. Llamaremos a ese componente clave Acto Inesperado.

Seguridad + Firmeza . {Sujeto + Acto Inesperado. [(Rival)] / Trasfondo de N e I}

Pero falta algo más, y es el factor suerte. Van Gaal no es un mero afortunado. No ideo La Psicológica cuando el reloj marcaba los 121 minutos de cotejo. Pero, por cuestiones físicas y circunstanciales, el factor suerte es sumamente necesario en esta maniobra. Tenía un cambio más en la galera, gracias a que ningún jugador se había lesionado o siquiera había pedido la sustitución. Y encontro en el enorme autoestima de Krul un aliado. El hecho de que en dos ocasiones él haya volado para el mismo destino que es esférico habla de que el azar estuvo de su lado.


Seguridad + Firmeza . [(Sujeto + Acto Inesperado . Factor Suerte) . (Rival)] / Trasfondo de N e I}

Si la sumatoria de estos factores dan como resultado la victoria, entonces encontramos el camino correcto. Podemos decir, también, que cualquier cosa que realicemos de manera intencional en una competencia para desconcertar a un rival, obteniendo un buen resultado una vez ejecutado el plan, es sinónimo de Psicológica. Aunque claro, ese contrincante no debe ser puntualmente la Selección de Costa Rica.

Supongamos que a vos (Sujeto) te gusta una chica muy bonita. Lo que te impediría concretar un beso con ella es un contundente e inquebrantable rechazo (Rival). Un día te decidís, contra todo pronóstico, a encararla. ¿El lugar? Una fiesta realizada en un boliche, lugar con música muy fuerte, emociones a flor de piel y, desde ya, repleto de otros hombres con intereses equivalentes con la involucrada (Trasfondo de Nerviosismo e Inestabilidad). Decidís patear el tablero y ponerte un saco inédito hasta entonces en tu trayectoria nocturna. Es violeta, con un pañuelo. No te queda mal, pero es sorpresivo y la reacción ajena ante él es desconocida. Sin embargo, te perfumás y enfilás para la fiesta con tu flamante prenda (Acto Inesperado). Ves a la chica, pero antes, vas al baño y te reunís con tus dos mejores amigos. Casi como si se tratara del vestuario de un equipo antes de jugar la Copa Intercontinental, ellos te aconsejan y te hacen sentir sólido y firme (Seguridad + Firmeza). Te abrís lugar en la pista. En ese momento, empieza a sonar tu canción favorita de todos los tiempos (Factor Suerte). El mundo quiere que esa noche concretés tu meta amorosa.

Estas en frente de la chica. Te sonríe. Beso. Atajó Krul.





lunes, 17 de agosto de 2015

Cuatro hechos que muestran que el fútbol real se parece cada vez más al de los videojuegos




La generación del 90' se ha visto afectada por ciertas carencias en comparación con sus antecesoras: La comercialización masiva deja poco lugar para el romance y la imaginación, los buenos boliches ya no existen y la electrónica se apoderó de la música en la televisión. Pero ese puñado en la historia de la humanidad se vio gratamente compensada por el progreso tecnológico que les brindaría (no a precios baratos) diversas consolas de juegos para ocio, goce y placer singular y grupal.

Los videojuegos de fútbol, encabezados por el Winning Eleven, el Pro Evolution Soccer y el FIFA, nos regalaron días, tardes y noches de hazañas, caídas, batacazos y victorias. Podíamos plasmar toda nuestra creatividad didáctica en un simulador cada vez más exacto de lo que sucede dentro de una cancha de fútbol. ¿Pero que sucedería si, muy lentamente, la diferencia entre lo que sucede en un partido de fútbol virtual y uno real se torna cada vez más difícil de diferenciar? Este escrito propone identificar los factores que hacen que el imitado adopte, consciente o inconscientemente, el rol de imitar al imitador.





4) Equipos que desaparecen del mapa

Quizá no fueron conjuntos que acumularon trofeos a nivel mundial durante la generación de los juegos de PC y Play Station, pero supieron bañarse en gloria en tiempos dorados, rotando entre la gloria y el mote de actores de reparto del mundo del fútbol. Pésimas decisiones económicas y nefastos manejos financieros dejaron agonizando al Rangers escocés y al Parma italiano. El primero, conjunto legendario de su país, a la par del Celtic. El segundo, varios escalones debajo en los últimos años en comparación con los titanes del calcio, pero con las copas levantadas en la década del noventa aún vigentes en la memoria. Ambas escuadras vieron forzada su desaparición ante una situación administrativa insostenible, forjando una refundación en categorías inferiores a las que supieron habitar en tiempos mejores. Mención aparte para el malogrado Portsmouth, sumergido en las categorías de ascenso inglés tras mala fortuna en sus resultados deportivos.

Habitúes de la primera plana del fútbol europeo, ese que desde la Argentina tanto amamos consumir, fueron tragados por un agujero negro del fútbol que solo dejó recuerdos.  En diversos simuladores de manager (e incluso en los pasillos del modo edición presente en Winnings, PES's y FIFA's) uno puede cranear su propio equipo desde los cimientos. Quizá algunas horas empleadas en aquel ocio prestadas por parte de hinchas escoceses, italianos e ingleses rindan frutos ahora que no queda más que nada en sus equipos.





3) Los Dream Teams cada vez son más

Ingresar al modo edición, agarrar a un equipo medio pelo, llenarlo de superestrellas de elite y adulterar las capacidades de los jugadores a su máximo nivel (el famoso poner a todos en 99). Clásica estrategia bilardista aplicada al ámbito de los juegos de fútbol (?).  Sin embargo, los petrodolares y los magnates con mucho dinero para invertir han sabido ahorrar este trabajo a los usuarios. Hace años, hubiera sido impensado que Ruud Van Nisterooy vistiera la casaca del Malaga, que Samuel Eto'o jugara en el ignoto Anzhi ruso, que Rivaldo se pusiera la casaca de un club uzbeko, que el Manchester City tenga en su banco de suplentes a varias superestrellas esperando entrar al cambo de juego, que David Villa jugará oficialmente en un club australiano ó que Andrea Pirlo y Steven Gerrard se cruzaran en un encuentro de la liga de soccer estadounidense.

Pero hagamos una parada en el caso más emblemático: El del ya mencionado City inglés, que pasó de la intrascendencia y el conformismo con obtener una mera clasificación a un torneo continental, a gozar de un aún joven pero intenso protagonismo en el fútbol de su país, con tentativa a tomar un mayor lugar de prestigio de cara al fútbol europeo, su cuenta pendiente en su nueva etapa de dinero en multitudes y fichajes extravagantes. La misma se vio inaugurada en la temporada 2008-2009, encabezada por el arribo del brasileño Robinho. A él le serían consecuentes Emmanuel Adebayor, Kolo Touré, Carlos Tévez, Mario Balotelli, David Silva, Sergio Aguero, entre tantísimos otros jugadores de monumental nivel.

Quizá si adoptamos una mirada un poco más conservadora y nostálgica, es un poco chocante ver a pequeños conjuntos fortalecidos puramente por dinero extranjero, ante la pura gracia de que a un bolsillo acaudalado le cayó bien su nombre o la ciudad donde reside. Tampoco merece la pena caer en el discurso del amor por la camiseta y el club del barrio, el cual por un lado aún sigue vigente pero por el otro nos hace contradecirnos. A fin y a cabo, la plata no es mala; Malo es lo que se puede llegar a hacer con ella. Y hasta ahora, ninguno de los tipos recientemente nombrados hizo el mal. ¿No?



2) Las hazañas de los pequeños y los fracasos de los gigantes

Es cierto, los batacazos existen desde el génesis del fútbol profesional en diversas partes del globo. Sería generalizar posicionarse en un caso puntual, e incluso pecar de escasos en cuanto a análisis, por más humilde que sea este post. Por eso lo más familiar va a ser posicionarse en lo masivo: La Copa Mundial de fútbol. Ni el más entusiasta fanático de Costa Rica pudo haber imaginado el increíble reto que superó su valiente combinado nacional, al quedar puntera de un grupo que tenía en sus filas a Uruguay, Italia e Inglaterra. Ni el más pesimista hincha italiano pudo haber tenido tan nefasto pensamiento de idear que su selección quedara eliminada en primera ronda de dos Mundiales consecutivos. Ghana al borde de las semifinales en el 2010, Chile superando a España en fase de grupos e Inglaterra última de su grupo en 2014, con el adicional del increíble, inédito y quizá irrepetible 7 a 1 de alemanes ante brasileños. Hechos que rozan la ciencia ficción pero encarnados por el fútbol de estos tiempos.

Todos hemos sufrido alguna apabullante goleada ante un rival superior en el terreno de la Play Station, aún cuando nosotros eramos un equipo de primer nivel y nuestro oponente un humilde conjunto de alguna perdida liga regional inglesa. Ó mismo nosotros hemos gozado de romper redes con alguna escuadra de menor nivel ante algún titán del fútbol. Los juegos nos permiten invisibilizar la línea que separa la realidad de la ficción mediante la simulación virtual. Lo cierto es que a veces ciertos hechos de la realidad cumplen con ese rol.



1) El factor Tim Krul

¡Sorpresa! (?). El primer puesto se lo lleva un hecho muy puntual del ya reivindicado último Mundial. Cuartos de final entre Holanda y Costa Rica. El empate en cero no se torció en ciento veinte minutos. Los naranjas, comandados por Louis Van Gaal, aún podían realizar un cambio más. Lejos de adecuarse a mandamientos tradicionales del fútbol y ciego por sumergirse en una táctica riesgosa pero canonizadora en caso de obtener victoria, el técnico sustituyó a su guardameta titular, Jasper Cillesen por el arquero suplente, el hasta entonces casi ignoto Tim Krul. Cillesen salió comprendiendo la situación. ¿Había tenido una mala noche y su participación en la tanda de penales era potencialmente insegura? Para nada. ¿Se encontraba lesionado y no podía continuar? Ni de cerca. Entonces, ¿qué pasó?

"Te voy a hacer la psicológica". Quizá no con esas palabras exactas, pero jugando al FIFA, PES ó Winning (incluso, ¿por qué no? algún Football Manager) todos hemos hecho, o hemos padecido, alguna sustitución fuera de lo común en algún tramo cúlmine del partido. Poner al arquero como delantero para que vaya a cabecear un corner, poner dos delanteros de defensa centrales, armar un mediocampo solo con atacantes, mandar al más alto del equipo al arco para detener una pena máxima, aún cuando este no es guardavalla. La psicológica es una estrategia mediante la cual se busca interferir en la tranquilidad pasiva de nuestro oponente, apelando a realizar un acto inesperado que lo desestabilice, permitiéndonos a nosotros utilizar su inestabilidad como puente hacia la victoria.

Krul detuvo dos penales y fue vital para la clasificación holandesa a las semifinales. Van Gaal fue Dios por unos instantes, durante en aquella memorable velada brasileña.

sábado, 1 de agosto de 2015

Los técnicos de Godoy Cruz




El conjunto mendocino lleva ya siete años afianzado a la Primera División tras su ascenso en el año 2008. Anteriormente, había tenido una experiencia intermitente en la máxima categoría en la temporada 2006/2007, descendiendo en la culminación de la misma mediante la promoción. Sin embargo, su segunda travesía en primera reiventó a un conjunto mendocino que lejos de conformarse con escapar de las garras del descenso, animó varios torneos con aspiraciones hasta las fechas finales de alzarse con el trofeo de campeón. La remuneración no solo fue la fortaleza del respeto ante su nombre por parte de los equipos "más grandes",  sino también la chance de participar en competiciones continentales, léase Copa Sudamericana y, desde ya, la Copa Libertadores.

En el transcurso de los años en que el Bodeguero deleitó no solo peleando el torneo sino también con un juego en equipo elogiado de forma unánime por entrenadores y periodistas, defendieron su casaca un amplio número de jugadores. Muchos de ellos se valieron de sus buenas actuaciones para pasar a conjuntos de mayor envergadura (Nelson Ibañez, Leonardo Sigali, Leandro Caruso, David Ramírez, Ariel Rojas, César Carranza, Emanuel Aguilera, Nicolás Sánchez, Jonathan Shunke, Rodrigo Salinas, Gabriel Vallés, Diego Villar, Mariano Donda, Victor Figueroa, Carlos Sánchez...). Otros, con un poco más de edad quizá, pero mucho que demostrar aún, despuntaron el vicio con grandes resultados (Nicolás Olmedo, Jairo Castillo, Hernán Encina, Israel Damonte, Rubén Ramírez...). Un factor restante son los actores de reparto de las escuadras que armaron a Godoy Cruz en los últimos años (Zelmar García, Martín Aguirre, Juan Falcón, Emiliano Paez...).



Este puñado de futbolistas coincidieron en la etapa más exitosa del club mendocino. Un éxito que si bien no es fugaz a nivel equipo (los resultados, salvo puntuales excepciones, acompañaron positivamente a Godoy Cruz en los últimos seis años) es efímero en sus componentes: Un grupo reducido de jugadores completó más de tres años consecutivos vistiendo la camiseta azul y blanca. Aunque claro, en el paraíso de los plazos cortos también llamado fútbol argentino, dos años es una eternidad. ¿Y donde esta la contracara de la supuesta fugacidad de los jugadores del equipo? ¿Acaso en el banco de suplentes? Nada de eso. Este equipo tiene la característica de todos los años contratar a un nuevo entrenador. Los plazos largos aún no tuvieron lugar y técnicos de diversas experiencias y tácticas comandaron los destinos del Bodeguero. Y los resultados lo acompañan, mandando al demonio cualquier teoría de modernidad líquida aplicada al fútbol nacional.

Héctor Trubiano, hincha del equipo mendocino y vocal titular dentro del mismo, nos explica el modus operandi: "Siempre apostamos a técnicos jóvenes con una identidad futbolística definida. Entrenadores que trabajen mucho en lo táctico. En general, siempre buscamos un perfil parecido al de Marcelo Bielsa. Muchos videos, mucho entrenamiento físico, mucho táctico. La idea es que apuesten a los jugadores del club. Hasta ahora creo que no nos hemos equivocado. Todos han sido más o menos de la misma característica: Sin mucha experiencia quizá, pero con muchas ganas de trabajar y crecer".

Esta inclinación tuvo su génesis con la contratación de Pedro Troglio en el año 2004, tras haber abandonado la actividad futbolística un año antes. Fue la primera experiencia del hoy técnico tripero al mando de una escuadra. Continuarían el proceso dos entrenadores con una experiencia ya establecida cuyas contrataciones tenían mayor sabor a apuestas: Juan Manuel Llop (ascendió en la temporada 2005/2006) y Sergio Batista (posteriormente contratado por la Selección Sub-20). Comandados en la segunda rueda por Daniel Oldrá, hijo pródigo del club por adopción, y quien se tornaría el bombero del club en tiempos complicados, regresarían a la máxima categoría en la culminación de la 2007/2008. Una vez arribados a Primera, el sistema comenzó a tomar forma: Diego Cocca (2008-2009), Omar Asad (2010), Jorge Da Silva (2011), Martín Palermo (2012-2013), Jorge Almirón (2014), Carlos Mayor (2014) y Gabriel Heinze (2015) supieron guiar las riendas del equipo. A la hora de asumir, Da Silva y Mayor eran los más grandes en edad, con 49 años. Cocca contaba con 36, Asad con 39, misma edad que Palermo al firmar su respectivo contrato. Almirón respondía a 43 primaveras y Heinze hoy tiene 37 años.



En cuanto a experiencia, el actual técnico de Racing fue contratado tras una interesante campaña con la Comisión de Actividades Infantiles en la B Nacional. Asad fue tentado tras su trabajo en las inferiores de Vélez, siendo Godoy Cruz su primera experiencia profesional. Martín Palermo llevaba poco más de un año alejado de las canchas cuando recibió la oferta de trabajo. Da Silva venía de una grata experiencia en Defensor Sporting de Uruguay tras varios años trabajando con los juveniles de aquel país. Almirón había hecho su trayectoria en los bancos de suplentes en México, a excepción de un paso por Defensa y Justicia, tornándose un abonado al lavolpismo. Carlos Mayor era un potencial técnico del ascenso. Y Gabriel Heinze, aún quitándose los botines tras su reciente retiro, y tras ser señalado como uno de los posibles asistentes de Marcelo Bielsa en el Olympique de Marsella, acepto el reto de dirigir al Bodeguero.  Trubiano adhiere al dato de la contratación del ex Newells: "Previo a la contratación de un técnico, miramos su experiencia futbolística. Como se desarrollo en las categorías que le ha tocado dirigir. En el caso de Heinze, con la gente que ha trabajado. Es lo que nosotros buscamos en los técnicos que decidimos contratar"

Como en toda regla, hay excepciones. Hubo contrataciones que lejos estuvieron de cumplir las expectativas. Ambas fueron, curiosamente, irrespetuosas de la "norma" en torno a los directores técnicos. Hablamos de los casos de Enzo Trossero (2009) y Nery Pumpido (2012). Tanto el defensa como el guardavalla supieron ser ídolos dentro de la cancha en los 80' y habían tenido una gloria intermitente como entrenadores: Trossero cosechó éxitos en Suiza, llegando a dirigir el conjunto nacional de aquel país. Pumpido, en mayor medida, fue campeón de la Copa Libertadores con Olimpia. Pero la realidad era que ambos se encontraban lejos de sus clímax como entrenadores, caminando en la cornisa del ostracismo. "En ese momento era el perfil que buscamos, aunque no fuera la característica de lo que solíamos buscar. No ayudaron los resultados. Lo mismo pasó con Pumpido, que venía de ser campeón de América con Olimpia. Hasta ahora los resultados indican que los técnicos con el perfil de Almirón, Cocca o mismo caso de Heinze, son los que más cómodos nos sentimos. Son técnicos muy obsesivos del tema físico y táctico" acota Trubiano. Trossero, en tiempos de asumir, tenía 56 años. Pumpido, 55. El ex Independiente lejos estaba de dar sus primeros pasos como técnicos cuando firmo con Godoy Cruz, ya que tenía a sus espalda casi dos décadas de trabajo como DT. El ex meta de River Plate obraba de director técnico desde 1999. El contraste con los entrenadores anteriormente repasados no es únicamente cronológico ó en base a trayectoria, sino principalmente en resultados obtenidos.



Omar Asad fue quien mejores rendimientos cosechó. En su único año al mando, finalizó tercero en el Clausura y quinto en el Apertura, logrando clasificar a la Copa Libertadores. Da Silva, su sucesor, tampoco hizo una campaña menospreciable, logrando el tercer puesto en el Clausura 2011, y el doceavo lugar en el torneo consecuente, obteniendo una nueva clasificación a la máxima competición continental. El único bache fue el último puesto en el grupo que el equipo mendocino compartió, en la Libertadores de aquel año, con Peñarol, Liga de Quito e Independiente de Avellaneda.

Rol esencial el de Diego Cocca, quien afianzó al conjunto en la máxima división a fuera de buenas actuaciones que le valieron el mote de revelación: Doceavo en el Apertura 2008 y noveno en el Clausura 2009. Y en su fugaz experiencia comandando las tácticas, Jorge Almirón logró el cuarto puesto en el Torneo Final del 2014. Palermo y Mayor realizaron campañas discretas. Estos datos, por supuesto, condimentados con la presencia del ya mencionado Daniel Oldrá, quien de forma oficial o interina, completó seis etapas al mando entre los años 2007 y 2015.

El vocal Trubiano desliza un deseo con forma de proyecto: "La idea nuestra es tener el 80% del equipo profesional con jugadores de la cantera del club. Y que en un futuro no tengamos que salir a buscar técnicos, sino tener una escuela de entrenadores dentro de Godoy Cruz, con esta metodología que nosotros solemos implementar en la insitución"

¿Existe un "modelo de contratación de técnicos made in Godoy Cruz"? ¿Existe el factor suerte en esa apuesta táctica? ¿Es escuela, o es estilo? El análisis puede ser excedente ó escaso. En algún punto Jorge Almirón se une con Martín Palermo y estos dos indirectamente se relacionan con Omar Asad. El Bodeguero (y sus buenos resultados) lo hizo posible.