martes, 22 de septiembre de 2015

El Mejor Entrenador del Mundo




Matt Mullen, joven originario de Inglaterra, es más grande que Josep Guardiola. Quzás esto sea olfateado como una falacia, pero dentro de la sub-cultura de los juegos de simulación de entrenador, es una realidad. El Football Manager es el paraíso virtual de los estudiantes, oficinistas y demás que se toman unas horas a la semana para encarnar al director técnico de un equipo de fútbol: Es un juego que te permite, mediante simulación, comandar las tácticas de la escuadra que vos selecciones. Puede ser de River Plate, de la Selección de Italia ó de un equipo de la segunda de Bielorrusia.

En este contexto virtual, Mullen cumplió el anhelo de varios: Construir su propio equipo-leyenda. En una partida, tomó al caído en desgracia Portsmouth, el cual se encontraba vagando sin rumbo por el under inglés, y lo llevó a ganar la Champions League. En un lugar donde la línea que separa la ficción de la realidad desaparece mientras el usuario de sumerge en la partida, nuestro amigo Matt agarró al peorcito alumno del salón y lo convirtió en prodigio. Todo esto se vio reflejado en su canal de YouTube Second Yellow Card, donde con una envidiable producción documentó bajo el título "Rebuilding Portsmouth" (en español, "Reconstruyendo Portsmouth") cada pasó del equipo desde su génesis en las cuasi regionales profundidades del fútbol hasta la divinidad futbolística misma. 

Nos contactamos con Matt, y mediante una charla que conectó Buenos Aires y Cambridge, gracias al escaso pero efectivo manejo del inglés de quien les escribe, pudimos entrevistarlo para saber que se siente ser una leyenda del Football Manager.  

Ante todo, ¿cómo describirias el proyecto Second Yellow Card? ¿De qué trata?

En un principio, arrancó como un blog de fútbol. En el 2013 se me tornó un poco aburrido. Como siempre amé el Football Manager, decidí empezar a hacer videos para YouTube sobre eso.

¿Cómo podrías describir la influencia del Football Manager en tus emprendimientos de internet, pero también en tu vida cotidiana?

El blog puntualmente no tenia en su momento influencia del juego, ya que era de fútbol “en la vida real”. De todos modos, si tiene una influencia grande en mi vida, es mi juego favorito. Así como lo podés ver en el canal de YouTube, todos los días lo juego. Cuando decidí empezar a hacer videos, supe que debían ser sobre el Football Manager.

¿Qué querías demostrar al público mediante mostrarte jugando Football Manager?

Amo contar historias sobre hazañas de equipos pequeños o desvalidos. Creo que existe más mérito y magia en tomar un equipo de los denominados chicos y llevarlo a la cima, en lugar de optar por un equipo grande y comprar los jugadores que cualquier otro compraría.

¿Cómo describirías tu campaña en Portsmouth? ¿Cuánto tiempo de tomó, tanto en el “tiempo del juego” como en la vida real y que emociones experimentaste?

Esa campaña me tomó 6 meses completarla. La partida más larga que alguna vez jugué en el Football Manager. Fueron 12 años en tiempo de juego, tomando desde el principio hasta la obtención de la Champions League. Pasé por diversas emociones, desde sentirme enojado dentro del juego cuando perdíamos partidos insólitos, hasta de sentirme frustrado cuando parecía que las cosas no funcionaban. Pero el sentimiento mas importante fue el júbilo cuando finalmente alcanzamos la Champions League. De eso se trata el Football Manager.

¿Qué sentiste tras vencer al Barcelona en aquella final de la Champions?

Nunca pensé que un videojuego podía haberme hecho tan feliz. Existe realmente una sensación preciosa de logro cuando alcanzas estas metas en el Football Manager, hecho que no veo presente en otros juegos.



¿Qué otras grandes campañas realizaste en el juego?

Disfruté mi partida en el Estrella Roja de Belgrado, aunque no haya tenido la escencia que la del Portsmouth. También tuve una en el club portugués Uniao Da Madeira previo a empezar a hacer videos en YouTube. La guardo en un lugar muy especial de mi corazón.

Quitando la final de la Champions, ¿cuál fue tu partido favorito disputado con el Portsmouth?

Hubo un cotejo que estábamos 0-3 abajo ante el West Brom, y lo remontamos 5 a 3 con Kieron Griffiths rompiéndola en el segundo tiempo.

¿Qué consejo podés brindarle a los emprendedores de partidas del Football Manager?

No doy demasiados consejos ya que no me considero un buen jugador del juego. Pero una cosa que les puedo decir es que si no cuentan con mucho dinero en la partida, contratar un scout que busque jóvenes con potencial y adquirirlos a bajo costo es una gran opción.

Por último Matt, ¿qué opinás de los jugadores argentinos en el FM?


Argentina es uno de mis países favoritos para buscar talentos jóvenes en el juego. Leandro Alcadie, en mi nueva partida, parece ser una enorme promesa. 

lunes, 14 de septiembre de 2015

Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos



Newells, en el afán de parecerse al universo Barcelona, terminó desdibujando completamente su propia identidad. En una especie de borrachez post-triunfo y cuando la sumamente productiva Era Martino comenzaba a transitar sus últimos pasos, las cabezas del equipo rosarino malinterpretaron todo.

Por un lado, confundieron la efectividad martinista con una esencia triunfadora por parte del equipo, cuando en realidad lo hecho por El Tata había sido un enorme punto y aparte de lo realizado por sus antecesores (hasta antes de su asunción, Newells había realizado campañas entre lo discreto y lo malo). Es que, justamente, Martino estuvo tan solo una temporada al mando de la escuadra. Cuando hablamos del Barcelona, nos referimos a un proceso de años, que partió desde la experiencia primeriza de Pep Guardiola al mando de los juveniles azulgranas hasta su arribo en el banco de suplentes del equipo mayor. El mismo técnico hizo sus propias inferiores y se reincorporó a aquel sistema al punto de lograr adaptarlo a su impecable forma de juego y, así, inmortalizarlo en la historia. Martino, cuando aceptó el reto de dirigir a Newells, seguramente se encontraba enormemente vinculado a aquel conjunto de manera emocional. Pero el día a día por aquellos lares era un ítem completamente desconocido para el entrenador, alejado del mismo por sus trabajos en el fútbol paraguayo y habiendo La Lepra estado sumergida por la pantanosa y maloliente gestión de Eduardo López en la brecha de tiempo entre el último partido de El Tata como jugador y el primero como técnico rojinegro.

Martino, sin dudas, dejó su huella como DT en la historia de Newells. Pero esta fue leída de manera errónea por los encargados de tomar decisiones, o incluso se terminó abusando de la misma, alegando frases exquisitas como “sentido de pertenencia” pero que, de no tener una buena táctica administrativa y futbolística detrás, son solo palabras vacias. El clímax martinista aún continuaba sin El Tata en el banco, implicando la fallida titovilanovización de su sustituto, Alfredo Berti. Seguramente el flamante entrenador tenía detrás avales que justificaran su contratación y demás ideas para aportar a lo hecho por el hoy técnico de la Selección. Pero esa decisión no deja de desprender un aroma a ingenuo en el intento de Newells por ser lo que no era. En su tiempo al mando, Martino le brindó al equipo herramientas, juego e impronta para construir su propia identidad. Berti no supo emplearlas de manera correcta. Su pasado comandando las tácticas de las inferiores rojinegras no alcanzó. La directiva le soltó la mano y AB dejó el cargo casi en un suspiro.

A fin y al cabo, ¿qué es exactamente el sentido de pertenencia? ¿Estar ligado profesionalmente y emocionalmente a un club? ¿Es suficiente eso para garantizar el tan buscado éxito? ¿Se trata de tener un tótem fundador de un estilo y que el mismo dé a luz a hábiles hijos de su obra que ocupen su puesto para cuando no esté? Pero muchachos, eso no le funcionó siquiera al supuesto reivindicado: El Barcelona de Tito Vilanova estuvo lejos de asimilarse al de Guardiola. El ciclo del sustituto Tito, sin dudas afectado por la trágica enfermedad que lo aquejaba, fue fugaz y efímero. Y cuando él abandonó la actividad aquejado por su salud, los directivos azulgranas no apelaron al “sentido de pertenencia” apostando por Jordi Roura (consecutivo a Vilanova en la línea de sucesión barcelonista), sino que fueron a por… Gerardo Martino, un absoluto ajeno a la línea del equipo catalán, tanto a nivel histórico como futbolístico.

Este enredo de nombres, malinterpretaciones y elecciones fallidas enredó en Newells al sucesor de Berti, Gustavo Raggio, luego a Américo Gallego (quizá el único independiente a esta “regla”) y, actualmente, al ex capitán y hoy entrenador Lucas Bernardi.


Newells es Newells. No es Barcelona. El guardiolismo es ejercido únicamente por Guardiola y un “copiar + pegar” de las no leídas bases y condiciones del mismo acarrea consecuencias negativas. El sentido de pertenencia no se basa en la pertenencia sino en el sentido. Hay tiempo de reparar lo malogrado, pero en el mientras tanto, los rojinegros deberán lidiar con ser lo que hacen para cambiar lo que (no) son. 

Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos, frase de Eduardo Galeano